Intervención en la presentación de «Cuando la maldad golpea» en San Sebastián

14 de octubre de 2013

En primer lugar quiero agradecer a la Asociación de Víctimas del Terrorismo y a la Fundación Villacisneros que hayan tenido esta iniciativa tan humana, tan profunda y emotiva que acerca a la sociedad los sentimientos de algunas de las muchas personas que nos hemos visto sacudidas por el terrorismo. Gracias Ángeles, gracias Iñigo, por vuestro compromiso, por vuestra solidaridad, empatía y cercanía y por los esfuerzos que hacéis para que las víctimas del terrorismo sigan siendo consideradas como un referente supremo de las largas décadas de sufrimiento y sacrificio que ha padecido la sociedad española, de nuestra resistencia colectiva ante los brutales ataques del fanatismo.
También quisiera agradecer muy especialmente al presidente Aznar su presencia aquí esta tarde con nosotros en un momento en que son cada vez menos los que nos quieren acompañar y cada vez más los que nos consideran “amortizados”.
Ese es precisamente el gran peligro que nos acecha, no sólo a las víctimas del terrorismo, sino a toda la sociedad: el olvido intencionado, el abandono pactado de la reivindicación de la memoria de las víctimas del terrorismo, de su simbolismo, a cambio de una tranquilidad falaz preludio de nuevos desafíos, y que supone una claudicación moral inasumible por una Nación que quiera mantener un mínimo de dignidad.
Como hija de un genuino alavés, profundamente español, siempre he sido consciente de que fue asesinado para atacar a España, de que cada uno de los crímenes de Eta ha tenido la finalidad de ir construyendo muerto a muerto, sobre la sangre de los inocentes, una sociedad monocorde, dominada por una ideología excluyente y radical.
Y ese empeño permanece, sigue ahí, no renuncia ni a sus fines ni a su pasado. Por eso nosotros, los que creemos en la pluralidad y en la libertad, los que sabemos que España es el marco que nos une, engrandece y acoge a todos; nosotros, los auténticos demócratas, somos quienes no podemos desistir, quienes tenemos que lograr que Eta deje de existir, que no pueda enorgullecerse impunemente de sí misma, que no gobierne en las instituciones y blanquee desde ellas su rastro de destrucción. Y lo tenemos que conseguir inexorablemente porque es imprescindible para garantizar nuestro futuro en libertad, porque se lo debemos a los que cayeron en defensa de nuestro país, en defensa de la verdadera paz y convivencia que ahora reivindican los que la quebraron.
Desgraciadamente, está ocurriendo lo contrario, la memoria de las víctimas está desapareciendo del ámbito público, el silencio sobre ellas impera -aquello de lo que no se habla no existe- mientras que se sigue promoviendo la legitimación de Eta, su reconversión en una organización política legal que gobierna incluso en este Ayuntamiento de San Sebastián, una ciudad que ha padecido más de 100 asesinatos terroristas y desde el que se otorgan medallas a los fundadores y adláteres del terror. Un Ayuntamiento que pudo haber estado regido por el valiente Gregorio Ordoñez, asesinado precisamente para impedirlo y que hoy está en manos de una organización que es legal a pesar de no condenar el terrorismo como exige la Ley y que emplea ingentes cantidades del dinero de todos en conferencias que pervierten el significado de la palabra paz.
La estrategia de Eta está trazada y son muchos los que trabajan en ella. Elaboran informes de vulneración de derechos humanos, intoxicadores planes de paz, institutos de la memoria sólo apoyados desde los ámbitos del nacionalismo, promueven y escriben libros sobre encuentros que llaman restaurativos ¿como se restauran las vidas arrebatadas?, en un estudiado proceso de equiparación -sin respuesta- cuya única finalidad es adulterar la verdad, hasta el extremo de que, si nadie lo impide, los terroristas acaben siendo considerados “buenos” porque tácticamente dicen reconocer el daño causado por lo que sin pudor llaman su “actividad política” mientras que las víctimas son vengativas y rencorosas porque reclamar justicia es ya considerado algo extemporáneo, fuera de lugar, un obstáculo para un modelo de paz y reconciliación que no es otro que el de la justificación del pasado en aras de la prevalencia del ideario separatista en la sociedad vasca y la expulsión oficial de cualquier vestigio de lo español.
Sólo me queda por decir que cuando la maldad golpea siempre destruye, que la maldad de Eta ha destruido vidas, ilusiones, futuros, familias, y -sólo ella-, la convivencia entre los vascos; que todas y cada una de las víctimas han sido inocentes y que si al final del camino permitimos que los terroristas salgan en libertad sin cumplir sus condenas o sin tan siquiera ser detenidos o juzgados -como ocurre en un 40 por ciento de los asesinatos cometidos por Eta, aún sin resolver-, si toleramos que desde las instituciones se gobierne y pontifique implantando en la sociedad perversos códigos éticos mientras las víctimas caen en un olvido intencionado y culpable, si no se restaña la profunda alteración que en el equilibrio de la sociedad ha producido el terrorismo, devolviendo sus derechos ciudadanos a los miles de expulsados, si se continúa manteniendo un ingenuo voluntarismo incapaz de calibrar el verdadero peligro que nos acecha y que en los últimos días ha vuelto a mostrar su auténtica cara, no estaremos ante la derrota que Eta se merece.

Y eso me produce un enorme desasosiego.

Acerca de Ana Velasco Vidal-Abarca

En este blog pretendo recoger mis reflexiones sobre el irreparable daño que ha causado el terrorismo en España y sobre la necesidad de que no obtenga réditos sociales ni políticos por sus crímenes. Pretendo denunciar las complicidades, las omisiones, los errores que han rodeado el combate contra el terrorismo separatista vasco y pretendo reclamar el derecho irrenunciable de las víctimas a la justicia y la obligación del Estado de Derecho de garantizar la igualdad, la libertad y la seguridad de todos los españoles.
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Una respuesta a Intervención en la presentación de «Cuando la maldad golpea» en San Sebastián

  1. El olvido no es nada nuevo.
    En la época que en que esta bazofia asesino a tu padre eran cuatro los españoles que iban a la puerta de la sede donde se estaba celebrando el sepelio a acompañar a los familiares de las victimas, no fue hasta que tu Madre se decidió a crear la AVT y sobre todo hasta que esta tuvo fuerza social que los políticos de pronto, se acordaron de que existian.
    Las victimas, junto a millones de españoles de buena ley, han sido manipuladas, traídas y llevadas, abanderadas o atacadas, según la época, por unos infecto políticos cuyo único interés era y es usar el dolor de los familiares y de los millones de personas de buena ley para conquistar el poder, una vez conquistado, las victimas sobran y sobran porque siguen pidiendo Justicia y dignidad y el poder NO contempla esos términos entre sus funciones politicas, la Justicia es un arma mas para perpetuarse en el poder y la dignidad es sencillamente desconocida a esas alturas.
    Vuestro dolor es vuestro, es terrible, pero con el no vais a obligar al poder a hacer sus deberes, es mas como v es les sirve de coartada, os comprendemos-dice Rajoy, os amamos – Dice – Gallardon… y de justicia CERO.
    YO estoy sencillamente cabreado, muy, pero que muy cabreado, no es nuevo por supuesto, llevo asi desde 1977, pero mi cabreo actual es mas sordo, es el enfado del que ve que no hay cauce politico en el que pueda guarecerse para hacer la valer el primero y primordial valor al que toda sociedad tiene derecho, LA JUSTICIA.
    Y yo te digo, aunque se perfectamente que me entiendes mas que de sobra que, o hacéis sentir vuestro enfado o los españoles estamos listos
    Porque sois el unico referente que queda en esta podrida sociedad actual y si no teneis voz, esto se va a freir espárragos.
    El olvido no es nada nuevo, el que la llamada derecha de la espalda a las victimas con tanto descaro, si
    http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es/

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